REVISTA ELECTRÓNICA.
LAVOZDELAPAMPA.CL Año II. Nº 106. Febrero 2019.
Autor: Mario Vidal Quiroga.
En la pampa, a medida que las oficinas fueron paralizando, también estar fuera de su uso por inútiles, las numerosas vías férreas que llegaban a los troncales los que terminaban en los puertos de embarque al extranjero, siendo estos Iquique y Pisagua en nuestra antigua provincia. Por tanto, gente especializada era enviada para hacer los trabajos de desarme por quienes se había adjudicados estos desmantelamientos. Se iban retirando los rieles y durmientes, todo lo que les conviniera rescatar de lo de una oficina. Nunca más volverían a ensombrecerse los cielos pampinos con el alegre humo de las chimeneas que simbolizaban trabajo y prosperidad. Se fueron levantando uno a uno todos esos medios de comunicación que en días lejanos llevaron y trajeron tantas esperanzas, alegrías y tristezas a los sufridos pampinos. Pronto servirían de materia prima en otras industrias ajenas a las que habían sido destruidas en la etapa gloriosa del norte chileno. Por eso era preciso levantarlas y llevárselas donde hacían falta. Ya que el “Pate Fierro” llegaría alegremente por esos parajes que formaban parte del pasado.
En una oficina ya desmantelada, tenía instalado su campamento, una veintena de trabajadores que estaban retirando las vías de la zona norte de la pampa. Hombres muy diestros eran todos, por lo que el trabajo se realizaba sin inconvenientes. A cargo de los controles necesarios en toda faena, estaba don Vicente, antiguo empleado de salitreras y que era una garantía para todos por su corrección lo que lo hacía merecedor del respeto de todo el personal,
Durante las noches, generalmente después de la comida, se reunían todos hacer recuerdos y a conversar de tantas cosas que siempre están presentes en toda reunión de hombres. Les gustaba sobre todo, hablar de aparecidos fantasmas, que es el tema que a muchos entusiasma. Hablar de asuntos que no tienen explicación y que causan cierta inquietud. Es una especie de masoquismo. Hablan de los aparecidos de la pampa: “El Futre”, “La Viuda”, “La Llorona y tantos elementos indispensables en toda narración de tinte terrorífico. Conversaban los “Carrilanos” de esto, hasta que les daba sueño, luego de haber contado cada uno lo que les había acontecido o lo que habían inventado oportunamente. A estas sesiones de sobre mesa asistían todos, de capitán a paje. Don Vicente, hombre de mucha experiencia y conocimientos, no estaba tampoco ausente en las reuniones con lo que él conocía. Pero lo curioso era que toda la “tripulación” había un solo trabajador que no participaba. Su nombre era Manuel. No mostraba ningún interés en oír los diferentes relatos, porque decía que después de escucharlos no dormía tranquilo. De manera que luego apenas terminaba de comer, se dirigía a dormir para no saber nada de muertos resucitados, ni del “Futre” no nada parecido.
Por esta costumbre de rehuir de lo que el resto era tan aficionado, sus compañeros estaban convencidos de que Manuel era muy miedoso y que no se atrevía a pensar en penaduras por lo que era blanco seguro de todas las bromas que le hacían al respecto. Según todo era “El Miedoso” del grupo.
La vía que conducía a los trabajadores al campamento, pasaba cerca de un antiguo cementerio de una oficina que ya no existía. Se destacaban muchas sepulturas que estaban a flor de tierra, descubiertas por la acción del fuerte viento reinante en esas soledades.
Una tarde, después de haber terminado la jornada habitual, al pasar frente al cementerio que distaba unos doscientos metros de la vía, el miedoso Manuel le solicitó a don Vicente que se detuviera por unos minutos, porque necesitaba hacer un trámite. Todo el personal que ocupaba las dos “volandas” o sea, los carritos en que viajaban, se mostraron extrañados con la petición del que nada quería saber de muertos y similares. El jefe accedió, pero diciéndole en broma “no tardes mucho Manuel, porque está oscureciendo muy rápido; no te vaya a salir un fantasma”.
Se alejo “El Miedoso”, en medio de los comentarios de sus compañeros que se quedaron llenos de curiosidad, a la espera de su regreso.
Al cabo de unos quince minutos, volvió Manuel: “discúlpeme jefe por la demora”, pero tuve que revisarle la boca a varios finados para saber si lo habían sepultado con alguna cosita de oro. Quería saber si tenía algún diente o muela que sirviera, para fundirlos y venderlos…”
Demás está decir que la búsqueda realizada por Manuel, echó por los suelos la opinión que se tenía acerca de su cobardía. Los muchos valientes que noche a noche se entretenían contando historias de difuntos, no se habrían atrevido, posiblemente a practicar las operaciones dentales de Manuel, “El Miedoso”.
Bibliografía:
“Revista ocasional de circulación. Editor CIREN Ltd.”. Imprenta Montero Impresora S.A. Año 1985. Autor: Del cuento “El Miedoso” don Mario Vidal Quiroga, (Q.E.D) nacido en la ciudad de Iquique.
Fotografías: 1.-2,3,4,5,6. Del escritor e investigador de la cultura pampina RERIPI.
7.- Cajetilla “El Futre” corresponde a la obra “Catalogo de Cajetillas de cigarrillos de la República de Chile y su Cultura en la Sociedad” inscrita en la DIBAM el año 1.999, del autor Reinaldo Riveros Pizarro. Editada en la revista Cultural “La Voz de la Pampa” Nº31. Año Agosto 2006. “Cajetillas circuladas en la pampa salitrera”
Graficas: 1.- Ruinas de la oficina salitrera “Felisa” ubicada en Tarapacá Sur; 2.- Listado de trabajadores en desarme de la salitrera “Ramírez” ubicada en Tarapacá Norte, listado realizado en la semana comprendida de 15 al 20 de Mayo de 1944. Sus integrantes: Whirt Yesh Fernando, Roberto Contreras Díaz, Fernando Whirt Dinamarca, Guillermo Rivera Alvarez, Luís Perez Covarribias, Luis Villarriel Cuellar, Mauricio Bugueño Bugueño, Francisco Micheas Micheas, Miguel Cisternas Bahamondez, José Soto Padilla, Sixto Valenzuela Contreras, Adolfo Castillo Varas, Humbersto Maldonado Maldonado. (Listado extendido desde la salitrera “Peña Chica”) 3.- Representación de viejos pampinos en la salitrera de Humbertone (Al medio el conocido trabajador de la salitrera Humbesrtone cononocido por su apodo como el “Wi – Wi”; 4.- Linea ferrea desmantelada la cual pasaba cercano a la salitrera “Barcelona” 5.- Antigua fotografía de pampinos trabajadores de una salitrera. 6.- Cementerio profanado correspondiente a las salitreras de “Prosperidad”, y Ricaventura. 7.- Cajetilla de cigarrillo circulada en la pampa salitrera denominada “El Futre” ( Se le decía según la leyenda del norte a las personas adineradas que usaban el sobrero copa, como muchas veces se presentaba el diablo vestido de “Futre”
SI DICES LA VERDAD, NUNCA TENDRÁS QUE BAJAR LA CABEZA, DE LO CONTRARIO NO PODRAS DORMIR TRANQUILO AL BUSCAR EL ARREPENTIMIENTO (RERIPI)
Revista Cultural “La Voz de la Pampa”. Pídala en Kioscos, en Patricio Linch esquina 18 Septiembre; En calle Chgacabuco entre Colón y Baquedano Librería; “Qué Leo” en 21 de Mayo Nº636, (58) 232 5833.
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