REVíSTA ELECTRÓNICA.
LAVOZDELAPAMPA.CL Año II. Nº 123 Abril 2019.
(Crónica)
Hasta los comienzos del siglo XX, todavía aún en el norte del país existían las muertes producidas por las infecciones “bubónicas”, (Ó llamada por el común de la gente como “Peste Negra”) una peste causada por la bacteria Yersinia Pestis.
Las muertes ocurrían en las ciudades y pueblos del norte de Chile, no quedando ajenos a ello las oficinas salitreras. La historia de esta enfermedad parte en Europa durante el siglo XVI, siendo exportada por decirlo de alguna manera desde China a otros países asiáticos.
Las epidemias cambiaron en aquella época radicalmente las políticas económicas y sociales de aquellos países infectados, e incluso esta desagradable enfermedad rompió los enlaces familiares. (El aislamiento) De esta enfermedad surgió el rito al cual le nombraron “La Danza de la Muerte” y también otra entonces aquellos barcos sin tripulantes, llamados, “Barcos Fantasmas”.
Un hecho real sucedió cuando en una peregrinación expiatoria a Roma, donde se buscaba pedir la venia divina para reparar los crímenes y el perdón de los pecados, siendo esta un verdadero desastre, salvándose de la bubónica sólo el Papa, quien se encontraba en otro lugar. La enfermedad se producía por infección de los roedores salvajes, ratas, ratones, también por medio de pulgas y piojos.
Este mal tenía arraigo popular en Chile, y porque todavía se escucha en aquellas personas de edad, la frase cuando estornudaban: “Jesús, María y José”, para su época refiriéndose a la expulsión viral que producía un enfermo de peste bubónica, entonces aquellas personas que recibían de cerca la expulsión de la tos, estos se santiguaban por temor a la “Danza de la Muerte”.
Al recordar las antiguas costumbres fúnebres en los pueblitos y salitreras, el cadáver era llevado al domicilio particular y sobre una mesa con sábana blanca, se colocaba el cadáver, les daban las oraciones y también hasta muchas veces les pagaban servicios a mujeres para que lloraran al finado (a); se conocían como las “plañideras” ó también de “La Llorona”; esta fue una antigua costumbre desde antes de Cristo.
En lo que se refiere a esta enfermedad de la “Peste Bubónica”, se puede leer una crónica del diario “El Pueblo de Pisagua” del 26 de Marzo 1911, el que decía lo siguiente:
“Fallecimiento de un pestoso. Camila viuda de Zegarra que vivía en la calle Ferrocarril, que hacía algunos días se encontraba enferma de la peste bubónica según algunos, de lo que no tenía conocimiento la gobernación ni la policía. Falleció al mediodía del jueves.
En la noche en que se veló el cadáver, asistieron además sus amigos y en la tarde del viernes se le condujo al cementerio con un acompañamiento de veinte personas.
Si verdaderamente la extinta ha muerto atacada de la peste bubónica es posible que los que concurrieron al velorio hayan contraído esa enfermedad y si no dan aviso para ser reconocida por el médico, que es quien puede curarlos, su muerte es inevitable y no aislándose la peste se propagará en vez de extinguirse o desaparecer por algún tiempo, como viene sucediendo desde que por primera vez hizo su aparición en este pueblo”.
Bibliografía:
Cita fuente:
Revista Cultural “La Voz de la Pampa” Edición N°3. Arica, Febrero del 2003, © Registro ISSN 0718 – 9702. Región de Arica y Parinacota , Copyright, “La peste negra” del autor RERIPI.
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Fotografías:
1, 2, 3, 4, 5, 7, 8, 9.´del escritor e investigador de la cultura pampina RERIPI.
Nº6.- de Félix Reales Vilca, Periódico “El Caliche” en Iquique, noviembre 1993.
Graficas.
1.- Pueblo de Piragua, año 1997; 2.- Cementerio de salitrera Agua Santa; 3.- La muerte; 4.- Remedio Emulsión de Scott contra la muerte; 5.- Santa del buen Consejo”; 6.- Procesión de funeral pampino, al fondo se ve torta de ripio; 7.- Periódico “El Pueblo de Pisagua” del 26 de Marzo 1911, Nº2123; 8.- Botín de niña de la época del 1900 en la pampa salitrera; 9.- Vista del antiguo teatro de Pisagua y parroquia San Pedro.
AUTOR: RERIPI
CUANDO SE AMA, ÉL AMOR ES INCONDICIONAL, SE SIENTE EL DOLOR DEL OTRO, LA PENA, LA RISA, EL SUFRIMIENTO; ES SENTIRSE UNIDOS POR EL PENSAMIENTO EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS. (RERIPI)
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